5 Consejos a la hora de adoptar un cachorro y que nos ayudarán a no perder la cabeza

Un cachorro en casa ¿Y ahora qué?

Estamos dejando atrás una situación nunca antes vivida a nivel mundial, y han sido muchas las familias que han aprovechado para adoptar o comprar perros durante el confinamiento; de hecho la llegada de cachorros a los hogares españoles ha aumentado exponencialmente durante el confinamiento: unos por poder salir más frecuentemente a la calle con la excusa de pasear al perro, otros han aprovechado el mayor tiempo disponible para retomar la siempre pendiente decisión de traer un nuevo miembro peludo a la familia y otros incluso han aprovechado la su llegada como un apoyo emocional que le haga compañía durante estas semanas.

La adopción de cachorros durante el COVID 19 ha sido algo tan excepcional y llamativo como la pandemia misma.

Desde Ramalladas entendemos que en una situación así no es la mejor decisión que podemos tomar cuando queremos incorporar a un nuevo integrante a la familia. Es una decisión de suma importancia y por lo tanto hay que meditar muy bien las consecuencias que va a suponer dicha decisión en la vida de la familia, y en este caso, como gestionaremos las necesidades del perro una vez hayamos recuperado la normalidad.

Pero si habéis incorporado a un peludete en estas semanas, vamos a intentar ayudaros a tener una estupenda convivencia con él, evitando conflictos que a la larga provocarán problemas de adaptación del cachorro.

Aquí os dejamos 5 consejos que debéis tener en cuenta a la hora de adoptar un cachorro.

1.- Antes de la llegada de tu cachorro o perro a casa.

Por desgracia la mayoría de la gente decide adoptar a un cachorro dejándose llevar por la emoción sin pensar detenidamente lo que la llegada del cachorro va a suponer a toda la familia, el cachorro tiene unas necesidades que deberemos cubrir como, horarios de comida, salidas a la calle , cantidad de ejercicio adecuado, una equilibrada alimentación, revisiones veterinarias, buscarle un sitio para dejarlo si no podemos llevarlo de viaje…. Un paseador si no disponemos de tiempo. Todos estos hándicaps hay que tenerlos en cuanta antes de tomar tan importante decisión.

2.- Anticipación y tener todo preparado a su llegada.

Una vez ya hayamos valorado a conciencia la adopción del cachorro y las responsabilidades que conlleva y nos hayamos decidido positivamente, pasaremos a decidir que perro elegir, que tamaño y características se adaptarán más a nuestra familia, que nivel de actividad necesitará, necesidades alimenticias, etc…

Antes de su llegada, nos anticiparemos y buscaremos un veterinario cercano y de confianza, seleccionaremos un pienso para cachorros equilibrado, limitaremos las zonas de la casa a donde no queremos que acceda, organizaremos los horarios de salida, comida y repartiremos las responsabilidades entre todos los integrantes de la familia que participarán en su cuidado.

3.- Normas. Ya ha llegado el cachorro a casa ¡¡Qué mono!!

Una vez llegue el cachorro a casa debemos tener en una premisa muy importante. Desde su nacimiento, los cachorros son sometidos a un fuerte nivel de exigencia jerárquico, tanto por parte de su madre, como de sus hermanos. Apenas ha nacido, la madre ya les estimula para enseñarles a hacer sus necesidades fisiológicas, pero al mismo tiempo no consiente que sus cachorros la lastimen, ni que se acerquen a su comida instaurando así en el cachorro un alto nivel de exigencia.

Con sus hermanos hay una lucha por los recursos, la comida y la atención de su madre, rápidamente se establece un orden jerárquico entre ellos que dictaminara el turno de la comida en función del carácter y la fuerza de cada individuo, unos se verán sometidos por otros de rango superior, pero al mismo tiempo ellos someterán de igual modo a los que se encuentran en un rango inferior al suyo.

Esto se traduce en que el pequeño e indefenso cachorro que hemos adoptado viene con unas normas de convivencia muy claras y estrictas, por lo cuál será de vital importancia el que demos a esas normas una continuidad, así facilitaremos la rápida adaptación del cachorro y evitaremos conflictos posteriores que provocaran graves problemas de convivencia.

¿Cuándo poner Normas? Desde que entre por la puerta se deben limitar zonas, distribuir horarios de comidas, paseos y juegos, disponer de un espacio para él donde tenga su cama y sus juguetes, corregir el que nos mordisquee durante el juego, no tirar de la correa, delimitar las zonas de evacuación, no subirse al mobiliario, no romper cosas de la casa…. Aunque parezca muy improbable que el pequeño peludo acepte tantas normas, nada más lejos de la realidad, “a los cachorros les encantan las normas, son más maniáticos incluso que los humanos”, seguir normas les encanta y lo que no les gusta nada es que hagamos concesiones y luego se las retiremos o se las quitemos, de ahí vienen todos los conflictos que aparecen en la convivencia con un cachorro; y que tristemente en muchos casos acaban por deshacerse de él.

Desde el primer día dejar claro lo que puede y no puede hacer, solo así criaremos un cachorro feliz que llenará de felicidad la vida de la familia.

Perrito cachorro

4.- Hábitos.

La habituación es un mecanismo de aprendizaje del perro que consiste en “La desaparición de respuestas frente a un estímulo que no tiene consecuencias en el animal”.

Pongamos un ejemplo para entenderlo: Habituar al perro a ir en el coche, dormir en su sitio, a los ruidos de la calle, a la gente, otros perros, no tirar de la correa…

Mi dilatada experiencia como educador de perros, me ha llevado a sustituir los castigos para conseguir comportamientos en el perro por crear simplemente hábitos de comportamiento positivos, es decir;  que para lograr que el perro aprenda a subir al coche, no le castigamos, ni regañamos creando un nivel alto de estrés en él, simplemente se le ayuda a subir y se refuerza una vez lo haya conseguido repitiendo las veces que sean necesaria hasta que lo aprenda,  de esta manera el hábito de subir e ir tranquilo en el coche quedará instaurado en el perro de por vida y no tendremos que volver a reforzarlo, actuaremos de igual modo con cualquier hábito que queremos crear, reforzando lo positivo e ignorando las desviaciones del comportamiento.

El castigo por el contrario conseguirá atemorizar al cachorro, crearle un alto nivel de estrés y lo peor, perderá su confianza en notros. El castigo a demás de no recomendarlo, ni utilizarlo solo funciona cuando se aplica; es decir el perro obedecerá para evitarlo, así que como no castiguemos el comportamiento a extinguir, este seguirá apareciendo. Crear hábitos cuando antes, el cerebro de un cachorro es como una esponja que se llena de información y la asimila de por vida, por ello no podemos perder esa oportunidad.

5.- Socialización del cachorro.

La socialización es el periodo más importante en la vida del cachorro en lo relativo a las interacciones sociales, tanto con personas como con otros perros, es la base para conseguir un cachorro equilibrado y feliz. Según mi experiencia esta fase comienza a las 4 semanas y dura como mucho hasta las 12 semanas, es la fase de mayor maduración neurológica, física y conductual, y es el inicio del aprendizaje. Todo lo que queramos que el cachorro aprenda y asimile como algo normal, debería ocurrir dentro de este corto periodo de tiempo.

Aquí he de hacer hincapié sobre la denostada costumbre de los veterinarios de aconsejar a los nuevos propietarios que, por precaución, no saquen a su perro a la calle hasta que haya completado las primeras fases de vacunación, por lo cuál, los dueños en las primeras semanas de convivencia tan solo sacan al perro de casa para ir al veterinario para que le pongan las vacunas correspondientes. Con ello se consiguen varias cosas: por una parte, que el perro le coja manía a ir en coche, ya que cuando lo hace acaba el veterinario y éste le dedica un buen pinchazo, acordándose de él de por vida, nos saltamos la fase crítica de socialización.

Una vez saquemos el cachorro a la calle se asustará de los ruidos, la gente, otros perros y verá como una amenaza, cualquier cosa nueva que no sean aquellas que haya visto en su casa mientras esperaba a tener la última vacuna para poder salir a pasear. Esa pobre o nula socialización provoca el 99% de los problemas de comportamiento de los perros como, inseguridades, miedos, fobias, desconfianza…

Si necesitas ayuda puedes llamar a Ramalladas al 986 250 205 y solicitar una cita de VALORACIÓN GRATUITA.

Juan Freire

Fundador Ramalladas, S.L.
Acreditado por el ministerio del interior y La policía Nacional con el número 19083.
Docente titulado por el Servicio Público de empleo SEPE y la Xunta de Galicia. Máster en Psicología Clínica Canina. Experto en Etología Canina
30 años de experiencia como gerente y adiestrador.